Eran ayer las 23:30 hrs y estaba lista para entrar a la ducha cuando me doy cuenta que me había olvidado (nuevamente) de comprar otro shampoo. Llevo usando el mismo desde hace meeeeses y aunque veo que ya no me está dando resultado sigo usando el mismo.
Mientras me bañaba mi diálogo interno me decía con tono burlón y acusador: “Viste, ésto es exactamente lo que te sucede en el día a día con estrategias, herramientas o hábitos que ya no te están dando los resultados que deseas y sigues insistiendo en utilizar».
Me quedé pensando en ello y ni bien salí de la ducha se lo comenté a un par de amigas para saber si era el agua de Hamburgo que estaba teniendo efectos extraños sobre mí o alguna de ellas se sentía identificada con esta analogía. Sus respuestas fueron muy similares: «¡me muuuuero de la risa, me pasa lo mismo con el shampoo!»
Y entonces me pregunté: “¿por qué si el shampoo ya no nos está dando los resultados que deseamos no lo cambiamos?
- ¿Por costumbre o comodidad? para evitar decidir entre las cientos de marcas que encontramos en las droguerías y en los supermercados.
- ¿Por miedo? a invertir dinero en otro shampoo y que quizá nos deje el pelo igual o incluso peor de lo que lo tenemos.
- ¿Porque nos cuesta soltar? nos da pena tirarlo porque nos ha acompañado durante mucho tiempo y hasta cariño le tomamos. Ya lo dice el dicho «es mejor malo conocido que bueno por conocer” , y aunque no esté de acuerdo con el dicho, muchas veces preferimos quedarnos con algo que sabemos que no nos hace bien a atrevernos a conocer algo mejor.
Quizá esto mismo te esté ocurriendo con tu forma de organizarte. Probablemente en otro momento de tu vida la agenda fue la mejor herramienta que encontraste para organizarte ya que trabajabas fuera de casa y la llevabas siempre contigo en el bolso o la tenías a la vista sobre el escritorio en la oficina.
Sin embargo, tu vida ha cambiado y no te has parado a pensar que posiblemente la agenda de papel ya no se adapte a tu situación actual. Ahora mismo quizá te sea más práctico tener todo apuntado en el móvil, o ya no estés trabajando fuera de casa y si usas un bolso probablemente sea el bolso cambiador de tu hijo que va siempre repleto hasta arriba. Por la noche cuando te vas a la cama (si es que no te quedas dormida en el sofá) te das cuenta que la agenda quedó todo el día sobre la mesita de luz y no la has mirado ni una sola vez. Cuando miras las tareas que te habías fijado el día anterior te das cuenta que no has podido tachar ni una y comienzas a frustrarte.
Si en este momento de tu vida esa herramienta ya no te es útil ¿por qué no la cambias?
Por ejemplo podrías…
- colgar un calendario en la cocina o en tu dormitorio con todas tus citas, actividades, tareas, etc
- bloquear los tiempos en el móvil o también en el calendario del ordenador si trabajas desde casa
- buscar ayuda externa, si en estos momentos te está costando encontrar el tiempo y la disciplina para organizarte, échale una mirada a mi Programa de Coaching Personal
Si una estrategia ya no te está dando resultado busca otra. Porque en otro lugar del mundo existe seguramente otra persona que ya la está utilizando y está teniendo resultados.
- Revisa el cajón de los recuerdos y piensa qué herramientas o estrategias en algún momento de tu vida te ayudaron a hacer el cambio que tanto te costaba.
- Si después de buscar en tus logros pasados sigues sin encontrar una estrategia/herramienta/recurso que te ayude alcanzar tu meta, contacta a alguien que admires y haya logrado lo que tu deseas y pregúntale si puede compartir contigo las estrategias que la han llevado a tener éxito en lo que se había propuesto.
Dime en los comentarios ¿cuál ha sido el mayor cambio que has vivido hasta el momento y qué te ha ayudado a hacer ese cambio (puede ser una fortaleza/habilidad/hábito/estrategia o alguna persona en particular)