Ayer me desperté por la madrugada porque escuché hablar a mi esposo. Resulta que Emi, mi hijo de 7 años, tenía miedo a los fantasmas. Luego me enteré que mi esposo le había tenido que dar su cajita para los miedos porque no había forma de que se volviera a dormir.
Luego de un rato como veía que no se dormía y no paraba de moverse, lo arrimé hacia mi y le pregunté por qué justo ahora tenía miedo a los fantasmas.
Me dijo que había soñado que hacían una excursión con su clase en avión y el fantasma había roto el avión (qué ocurrencia la suya, ni en bus, ni en metro, mi hijo hace sus excursiones escolares en avión! Qué nivel el suyo! ;-)). Por suerte el piloto pudo hacer un aterrizaje forzoso y nadie salió herido.
Entonces en medio de la noche con un ojo cerrado y otro medio abierto comencé a cambiar el lugar dónde estaba poniendo su atención y su interpretación personal de lo que había sucedido (ya te digo que en estos momentos hago una intervención estratégica hasta dormida jajaja)
Entonces le pregunté…
- ¿Y si… el fantasma solo hubiese querido hacerles una broma y le hubiese salido mal? …
Mi hijo se volvió a dormir y cuando se despertó le pregunté qué tal había dormido después de hablar conmigo. Me dijo que había dormido bien porque había jugado con el fantasma.
- ¿Cómo que jugaste con el fantasma?, le pregunté.
- Sí, estuvimos jugando a Minecraft (un videojuego) y me di cuenta de algo.
- A ver, ¿de qué te diste cuenta?, le pregunté.
- Él no rompió el avión, no quería que se estrellara, él quiso arreglarlo y no pudo porque es un fantasma, y los fantasmas no pueden agarrar las cosas de los humanos. Su intención no era que tuviéramos un accidente…
- Ok, ¿y entonces qué pasó?
- Fue el piloto mamá!, es que le dan plata por hacer aterrizajes forzosos 🙂 (vaya a saber uno de dónde sacó semejante idea este niño)
Con lo que quiero que te quedes de esta anécdota es que después de ampliarle el foco a mi hijo y hacerle ver que existían otras posibilidades que él no estaba contemplando, volvió a soñar y esta vez su inconsciente le dio otras respuestas basándose en lo que habíamos hablado.
Cuando tenemos un problema muchas veces nos enfrascamos en una sola alternativa y creemos que esa es la única verdad, pero no es así.
Por ejemplo, podemos pensar que si nuestra pareja trabaja demasiado es porque no somos su prioridad y que por consiguiente no somos suficientemente importantes para él/ella.
Pero… ¿y si no fuese ese el motivo? Y si en verdad el comportamiento de tu pareja solamente te estuviera recordando un evento de tu infancia el cual aún no has sanado?
Déjame decirte que si sigues evitando resolverlo seguirá visitándote para recordártelo hasta que lo hagas.
Este fue solo un pequeño ejemplo, pero si observas la relación con tu pareja en tu día a día seguro que puedes detectar patrones que se repiten tanto en él como en ti.
Lo que diga, piense o haga él/ella no está bajo tu control, sin embargo, lo que tú dices, lo que piensas y lo que haces sí está dentro de tu zona de influencia, esto sí lo puedes cambiar.
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Pero ahora volviendo al ejemplo anterior… todos nuestros comportamientos están precedidos por un pensamiento que, de tanto repetírnoslo, terminó convirtiéndose en creencia.
Esta creencia es un sentimiento de seguridad sobre algo que ya no cuestionamos porque tenemos la certeza de que es verdad.
Sé que muchas mujeres de las que me leen viven como yo en Alemania, así que si eres una de ellas me gustaría que prestes mucha atención a lo que voy a decirte.
Es verdad que tenemos diferencias culturales y a veces el idioma tampoco nos facilita la comunicación con nuestra pareja, pero hay una cosa muy importante que necesitas saber, y es que tu experiencia pasada está influyendo ahora mismo en un 95% en ti. Sí, así como lo lees.
No somos concientes de más del 90% de lo que pensamos, por eso nuestros comportamientos son tan automáticos.
¿No te ha pasado ya de que tu pareja dice o hace algo y reaccionas de una forma totalmente desproporcionada para la situación?
Y ahora estarás pensando, Carina empezaste hablándome de un sueño de tu hijo donde soñaba con un fantasma que quería supuestamente hacer estrellar un avión y ahora estamos hablando de que la relación con mi pareja tiene mucho que ver con cosas de mi infancia… no entiendo nada.
Sigue leyendo, ya verás que todo está relacionado 😉
Hoy mi hijo hizo ciertas interpretaciones sobre su sueño y al cambiar el foco de atención cambió muchas cosas, una de ellas fue el pensar que el fantasma no quería hacerles daño, sino todo lo contrario, buscaba reparar el avión…
Pero ahora volviendo al ejemplo anterior…
¿Y si…en el caso de tu pareja hubiese también otra razón para dedicarle tanto tiempo al trabajo que no fuese el que no seas suficientemente importante para él? ¿No sería genial si lograras dejar de reaccionar de esta forma automática cuando pasan estas cosas? Piensa en todas las discusiones que te ahorrarías, las peleas, gritarle a tus hijos, comer demás porque estás triste y enfadada, dormir mal, etc etc
A veces necesitamos a otra persona que nos haga preguntas que nosotros solos jamás nos haríamos para obtener nueva información, o en el mejor de los casos dar con la raíz del problema.
¿Has ido alguna vez al gimnasio? Muchas veces el entrenador se acerca para corrigir tu postura, porque tú misma no logras verla a no ser que tengas un espejo delante, y aún así no sabes si es la postura correcta para no hacerte daño.
Si buscas a un profesional que te ayude a mejorar la calidad de tu vida y tus relaciones (con tu pareja, hijos o contigo misma), te tengo muy buenas noticias, tu búsqueda muy probablemente haya terminado 😉
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