“Nunca es tarde para un nuevo comienzo”, estas son palabras de Marta, abogado en Alemania.
Ella viene de Polonia, tiene dos hijos y vive actualmente en la ciudad de Leipzig donde brinda asesoría legal para mujeres hispanohablantes.
Su historia comenzó por el año 2011 cuando llegó a Alemania buscando ejercer como abogado y un mejor futuro para ella y su familia. Con un nivel básico de alemán, un bebé de apenas 12 meses y su título en Licenciada en Derecho (abogado) bajo el brazo Marta decidió comenzar una nueva vida en el extranjero.
Esta abogada ha logrado en apenas 7 años pasar de limpiar en un hotel a tener su propio despacho legal en su ciudad y ésto es solo una pequeña parte de la historia de superación personal y profesional que quiero compartir contigo hoy en el blog.
Abogado en Derecho internacional de familia en Alemania

Nombre: Marta Matkowska
País de origen: Polonia
País de residencia: Alemania
Ocupación: Abogada
Web: http://www.kanzlei-matkowska.de
Correo electrónico: kanzlei-matkowska@eu-abogada.org
Soy de nacionalidad polaca y llevo en total 19 años viviendo fuera de Polonia. Entre el año 2000 y 2011 viví en España donde estudié la carrera de derecho y luego me mudé a Alemania. Actualmente vivo en la ciudad de Leipzig con mis 2 hijos de 6 y 8 años.
Cuando emigré de España, país que siempre estará en lo profundo de mi corazón, fue por motivos económicos. Al tener un bebé de 12 meses y no encontrar un trabajo bien remunerado decidí emigrar a Alemania, país que conocía un poco por estar cerca de mi país natal.
Al llegar a Berlín, con un nivel de alemán quizás A1 (nivel básico), encontré trabajo limpiando en un hotel y me puse a aprender alemán, que creo es lo primordial después de tener un techo sobre la cabeza y un seguro médico.
Pocos meses después obtuve mi título del nivel B1 en alemán, quedé embarazada y no pude trabajar a causa de una hernia, así que aproveché para hacer prácticas en un despacho de abogados.
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Al año de haber llegado nació mi hija, lo que frustró un poco mis planes de encontrar un trabajo relacionado a mis estudios, pero no fue un motivo para rendirme ni desmotivarme.
Al mes de nacer mi hija nos mudamos a Leipzig. Fue muy duro porque no conocía a nadie en absoluto y estaba prácticamente sola con mis dos hijos ya que el papá no se involucraba mucho.
Como si fuese poco a los 2 meses siguientes le diagnosticaron cáncer a mi hijo. Pasé 2 meses con mis dos hijos en el hospital y después de que le dieran el alta tuvo que hacer muchas terapias (que sigue haciendo hasta el día de hoy).
A los 6 meses me separé del padre de mis hijos porque la situación era insostenible. Mi mundo se derrumbó. Caí al suelo….sin medios de vida, con mi niño de casi 3 años enfermo y mi hija apenas tenía unos meses.
Pero dentro de una situación tan dura, no me quedó otra posibilidad que recoger fuerzas de donde no las hubo (aunque posteriormente descubrí de dónde venía toda la fuerza tan sobrenatural), acudir a pedir ayudas sociales, recibir tratamiento psicológico y seguir con mi vida. Esto fue en junio del 2013. Luego hice un curso intensivo de alemán (B2) mientras dejaba a mis hijos con una niñera por unas horas al día.
Terminé el curso y mientras trabajaba haciendo limpieza decidí hacer un Máster en Derecho Europeo Privado pero necesitaba el nivel C1 de alemán así que empecé el curso y solicité la plaza en la Universidad. Mientras tanto me colegié en el Colegio de Abogados de Sajonia porque de otra forma no hubiese sido posible homologar el título de licenciada en derecho al tratarse de ordenamientos jurídicos diferentes.
A finales del 2014 empecé con el Máster lo cual me permitió conocer a fondo la legislación alemana y en enero del 2015 empecé a colaborar con una abogada que Dios me puso en el camino. En septiembre me hice autónoma y desde entonces trabajo como abogado en mi propio despacho en la ciudad donde vivo. En el semestre de invierno además doy clases de derecho español en la Universidad de Leipzig.
"Todos los comienzos son muy duros y más aún estando sin familia ni ningún apoyo"
Muchas veces me rendí y quedé sin fuerzas, pero siempre hubo algo que de una forma maravillosa me daba aliento y ganas de seguir luchando.
Por aquel entonces, al empezar mi camino laboral en Alemania me hubiese encantado recibir alguna sesión de coaching pero ni siquiera sabía que algo así existía. Intenté leer un par de libros de autoayuda que no me sirvieron de mucho, pero me acuerdo de dos en particular, uno era “El poder del ahora” de Eckhart Tolle, que me ayudó a controlar mis pensamientos incesantes que me tenían psíquicamente agotada, y el otro era “El Alquimista” de Paulo Cohelo que me enseñó a escuchar, perseguir y luchar por mis sueños.
Hace unos dos años descubrí la fuente de mi energía y de la sabiduría con la que pude pasar por este procedimiento de renacimiento. Y fue a través de un cliente que a los 6 meses de trabajar con él se convirtió en mi padre espiritual y pastor. Me habló sobre Dios y entonces reconocí su mano en todo el proceso por el que pasé. Desde entonces lo pusé en el centro de mi vida. Le entregué todos mis planes y proyectos y Él puso a personas maravillosas a mi lado que me brindan apoyo profesional para seguir desarrollando mis proyectos profesionales.
Al empezar a trabajar como abogada me negué a dedicarme al derecho de familia porque pensé que mi situación personal después de la separación me iba a influir demasiado y no podría ser objetiva al representar los intereses legales de mis clientes, así que me dediqué al derecho de contratos y empresas.
Pero al pasar el tiempo y cuando por fin encontré paz, me encontré con muchas madres y padres que al estar en un país extranjero necesitaban de mi ayuda, así que decidí romper el hielo, dejar a parte lo personal y brindar ayuda a otras personas. Además en mi día a día llegan a mi despacho personas que necesitan regular su derecho de estancia en Alemania o simplemente me piden consejos para saber por dónde empezar en un país extranjero.
Una cosa que hasta el día de hoy se me hace muy difícil es intentar ayudar a las personas que no tienen de verdad medios para pagar mis servicios. Soy madre soltera y mi trabajo es mi única fuente de ingresos, trabajo unas 6 horas diarias y el tiempo no me alcanza para todo. Sin embargo, mi sueño sería poder abrir algún día una fundación y dedicarme a ayudar a todas las personas que lo necesiten.
Con plena seguridad puedo decirles que no siempre lo que hemos estudiado nos hará felices y tampoco siempre a lo que nos hemos dedicado en nuestros países de origen será posible de seguir en el extranjero, pero nunca es tarde para un nuevo comienzo, para reinventarse y encontrar felicidad plena en nuestro trabajo.
Y nunca olviden que una mujer es la creación perfecta de Dios, capaz de conseguir todo lo que se proponga y volver a levantarse después de cada caída con más fuerza que nunca
Si necesitas asesoría legal escríbeme a kanzlei-matkowska@eu-abogada.org
Escucha la entrevista sobre Patria Potestad y familia internacional en Alemania con la abogada Marta Matkowska-Haßler aquí:
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